VIVIAN TRÍAS y EDUARDO GALEANO
Despedida
por Eduardo Galeano
Vivian Trías había estudiado a fondo, como pocos, la historia uruguaya y latinoamericana. Había sido uno de los principales “nacionalizadores” del marxismo en América Latina. Como pocos había comprendido la necesidad de recrear el marxismo en función de las peculiares características de nuestra región y por eso los dogmáticos no lo comprendieron y lo atacaron sin tregua. En sus artículos y sus libros había contribuido a rescatar nuestra verdadera historia del pantano de la alienación y la mentira, y además de estudiar y redescubrir la historia, había ayudado con todas sus fuerzas, siempre ardientes, a cambiarla. En uno de sus libros dio a conocer el prontuario de la oligarquía uruguaya; desde innumerables discursos pronunciados en el Parlamento y en la calle, desenmascaró con nombre y apellidos y pelos y señales a la constelación de poder que está en la base de un sistema enemigo del país y de la gente. Por eso la clase dominante, dominada desde afuera, lo odió hasta el final. Muchos lo quisimos y muchos aprendimos de él. Trías fue mi maestro de los primeros años, en aquellos tiempos de la Juventud Socialista en Montevideo. Yo soy uno de los muchos que lo mantendremos vivo a través de nuestra memoria y de nuestros actos. En el fondo de nuestros corazones latirá siempre la imagen de aquel hombre bueno y sabio que en la rueda de mate o café sabía contar, tiernamente, las pequeñas historias de su pueblo, Las Piedras, donde había nacido y amado hasta que vino la muerte y lo arrancó de nosotros. Muchos lo quisimos y no sólo en sus aciertos, lo que hubiera sido fácil, sino también en sus ingenuidades y sus errores. Con nuestras piernas continuará caminando; y nuestro país de hombres libres redimirá su soledad.
(Nota escrita en 1980 con motivo del fallecimiento de Vivian Trías)