PALESTINA: ¡BASTA! | 5 de DICIEMBRE

Viernes 5 de diciembre | 18.30 horas

PARAR el GENOCIDIO

 Marcha desde la Intendencia a la Torre Ejecutiva

 

Comunicado de Prensa (pulsar "leer más")

COMUNICADO DE PRENSA 

29 de noviembre

Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino
¡No es una guerra, es un genocidio!

Hace 76 años, la flamante ONU votó por mayoría una recomendación (conocida como la Resolución 181 que divide el territorio palestino y entrega más de la mitad del mismo a un movimiento de colonos europeos que llevaba algunas décadas en Palestina, sin molestarse en consultar a la población árabe originaria que habitaba allí desde hacía siglos.

La recomendación de la UNSCOP –la comisión donde Uruguay jugó un papel decisivo, siguiendo los dictámenes del lobby estadounidense y sionista– dio luz verde al movimiento sionista para iniciar la limpieza étnica de Palestina, conocida como la Nakba. Entre fines de 1947 y principios de 1949, las milicias sionistas se apoderaron del 78% del territorio palestino, destruyeron más de 500 localidades, asesinaron a unas 15.000 personas y expulsaron por la fuerza a otras 750.000. Así se inició la mayor y más antigua crisis de refugiados en el mundo; junto con sus descendientes, hoy son unos 7 millones de personas de 4 generaciones a las que hasta hoy Israel no les permite regresar a su tierra ancestral. 

75 años después de la Nakba, con trágica ironía estamos asistiendo hoy a una nueva Nakba televisada en tiempo real: el régimen israelí está cometiendo un genocidio en Gaza ante los ojos del mundo y con el aval de las mismas potencias occidentales que permitieron la destrucción de Palestina y la implantación del Estado de Israel sobre sus ruinas, como bastión de sus intereses en una región estratégica. Y que durante 75 años han garantizado la impunidad de los crímenes de Israel contra el pueblo palestino y se han negado a sancionarlo por sus constantes y numerosas violaciones a las resoluciones de la ONU, al Derecho Internacional Humanitario y al Derecho Internacional de los DDHH. 

Esto no es una guerra contra Hamas: es una guerra de exterminio contra todo el pueblo palestino. Los terribles hechos del 7 de octubre tienen como contexto 75 años de limpieza étnica, 56 años de ocupación militar y colonización implacable, y 16 años de un brutal bloqueo a Gaza, la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, hoy convertida en un campo de exterminio. La destrucción y la muerte que el régimen israelí ha desatado sobre Gaza no tienen precedentes ni en los ataques anteriores sobre la Franja ni en ninguna otra agresión bélica de la época moderna: en 50 días, más de 16.000 personas fueron asesinadas (incluyendo cerca de 7000 niñas y niños); personal de la ONU y del sector salud, periodistas y socorristas, familias y barrios enteros han caído por cientos bajo las bombas israelíes. La infraestructura civil de Gaza ha sido destruida para hacerla inhabitable: hospitales, escuelas, universidades, instalaciones de la ONU, mezquitas e iglesias, ambulancias, plantas de saneamiento, de energía y agua potable. El 70% de la población gazatí ha sido desplazada. Y mientras aniquilan la vida en Gaza, las fuerzas israelíes continúan su agresión contra la población de Cisjordania (donde no gobierna Hamas), en una escalada de ataques, asesinatos y detenciones cotidianas que comenzó este año tras la asunción del actual gobierno fascista de Israel y se incrementa cada día. 

El gabinete de Netanyahu ha dicho explícitamente que el pueblo palestino tiene solo tres opciones: rendirse, ser deportado o ser asesinado, en otras palabras, la Solución Final, de triste memoria para la humanidad. Revelan así cuál ha sido el plan sionista desde hace 75 años: quedarse con toda la tierra de Palestina sin su población árabe originaria. Y a la que no puede aniquilar, la ha sometido a un sistema de apartheid que ha sido minuciosamente descrito y documentado por las principales organizaciones de DDHH palestinas, israelíes e internacionales. 

Pero pese a estos esfuerzos, el pueblo palestino se niega a rendirse y a abandonar su tierra. Firmemente enraizado en ella como sus olivos milenarios, resiste, defiende y reproduce la vida, y continúa reclamando su derecho a la autodeterminación, reconocido en innumerables resoluciones de la ONU, pero incumplido desde hace 75 años. 

A lo largo de la historia, todo pueblo oprimido ha resistido y ha buscado liberarse. La propia ONU ha reconocido en varias resoluciones de la Asamblea General –como la 3103 (1973) y la 37/43 (1982)– el derecho de los pueblos sometidos a dominación colonial y extranjera, o a un régimen racista, a luchar por todos los medios a su alcance para liberarse, incluyendo las armas. El pueblo palestino lleva un siglo resistiendo la colonización sionista; y lo ha hecho mayoritariamente por medios no violentos: huelgas, boicots, desobediencia civil, manifestaciones pacíficas, diplomacia e incidencia ante los organismos internacionales. En todos los casos, la respuesta israelí ha sido la misma: violencia desmedida, agresión tras agresión, más robo de tierra y de agua palestinas, más colonización y más apartheid. 

Volvemos a decir: esto no es una guerra entre dos pueblos en igualdad de condiciones: hay un ocupante y un ocupado, un colonizador y un colonizado. Israel no es la víctima sino el victimario. Más aún, según el derecho internacional humanitario, Israel no tiene derecho a defenderse, sino al contrario: como potencia ocupante, es responsable de la seguridad del pueblo al que ocupa. Por eso los llamados a “ambas partes” a parar la violencia y sentarse a negociar deben reconocer que antes es necesario poner fin a la inmensa asimetría de poder, la arrogancia y la impunidad que han permitido a Israel sabotear sistemáticamente todos los esfuerzos de diálogo y avanzar en su apropiación incesante del territorio palestino y la expulsión de su población. 

En el Día Internacional del Solidaridad con el Pueblo Palestino, afirmamos su derecho inalienable a la autodeterminación, a vivir en libertad, igualdad y justicia en su tierra ancestral, y el de la población refugiada a regresar a ella. Volvemos a exigir al gobierno uruguayo que condene el genocidio en curso, que deje de alinearse con los intereses de Israel al abstenerse en los foros de la ONU y que tome medidas acordes a la gravedad de los crímenes israelíes, como la suspensión de relaciones diplomáticas y de todo tipo con ese Estado genocida.

Finalmente, ante la barbarie y el salvajismo sionista, exigimos: 

  • ¡Alto al fuego inmediato, definitivo y sin condiciones!

  • ¡Entrada inmediata y suficiente de ayuda humanitaria a toda la Franja de Gaza!

  • ¡Protección internacional para la población palestina agredida!

Afirmamos que la paz solo será posible y duradera cuando los derechos del pueblo palestino, y en particular el de autodeterminaciónsean respetados plenamente. Por eso exigimos también: 

  • Levantar el bloqueo a Gaza

  • Desmantelar el apartheid en toda Palestina

  • Terminar con la ocupación militar y la colonización

  • Libertad para todas y todos los presos políticos en las cárceles sionistas


Por todo ello, convocamos a las próximas movilizaciones:

  • Miércoles 29/11 - Banderazo en Plaza Mártires de Chicago,  19:00 horas

  • Martes 5/12 - Marcha de solidaridad con el pueblo palestino a las 18.30 horas en la explanada municipal. 

 

COORDINACION POR PALESTINA

CONTACTOS: 

Christian Mirza - 099 286 600

María Landi - 098 514 184

 

 

AdjuntoTamaño
2023-12-05-PAL-Proclama marcha 5.12.23.pdf64.01 KB
2023-12-05-PAL-ORGANIZACIONES QUE ADHIEREN A LA MARCHA POR PALESTINA.pdf392.92 KB
2023-12-05-PAL-URUGUAY VOTA CON ISRAEL.pdf427.18 KB